UN TOQUE DE FE

14.08.2022

UN TOQUE DE FE

Por: Pastor Emilio Bandt

"Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva" (Marcos 5:28)

Esta es la historia de una mujer que habiendo oído de Jesús se acercó a ÉL y tocó el borde de sus vestiduras y quedó totalmente sana. Ella solo necesitó eso, acercarse y un ligero toque de su manto.

Fue un toque motivado por una fe intrépida.

Aquella pobre mujer se encontraba en una situación desesperada. (Marcos 5:25-26)

Ella sufría físicamente, pues padecía de flujo de sangre, desde hacía doce años.

Ella sufría maternalmente, pues por esta enfermedad no podía tener hijos.

Ella sufría espiritualmente, pues esta enfermedad la clasificaba como impura y no podía entrar en el templo, ni a ninguna sinagoga

Ella sufría socialmente, pues no debía tocar a la gente, ni entrar donde hubiera muchas personas, pues si lo hacía podía ser muerta a pedradas.

Ella sufría materialmente, pues nos detalla el evangelista que ya había gastado todo su haber en médicos y de nada le había aprovechado.

Ella sufría moralmente pues se despertaba cada mañana con un cuerpo que no sanaba, se sentía angustiada, desgastada, fatigada.

Es posible que en todo o en parte, usted se identifique con esta pobre mujer. Tal vez, usted está sufriendo de diversas maneras, quizá sus oraciones se agotan, se siente desesperada (o) y parece que no hay remedio para su situación. Ha llegado a pensar, quizá, que Dios le ha olvidado y que no escucha sus oraciones.

Pero, el Señor Todopoderoso le pide a usted hoy que su fe no se acabe, que mantenga viva su Esperanza, que en ÉL hay sanidad total, sea cual fuere la enfermedad, física, moral o espiritual, ÉL tiene la solución. El profeta Jeremías el Señor nos dice: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad" (Jeremías 33:3,6).

Fue un toque motivado por una fe persistente

(Marcos 5:27-29).

Dice el pasaje que había alrededor de nuestro Señor una gran multitud, que le apretaba, le oprimía, le apretujaba, le estrechaba. No era fácil para aquella mujer acercarse al Señor. No tenía influencias, ni amigos, mucho menos otra solución, debía seguir adelante. Sin embargo, ella se abrió paso entre la muchedumbre con una persistente fe. "Sólo tengo que tocar el borde de su manto, sólo eso", tal vez, se repetía una y otra vez mientras avanzaba hacia Jesús.

Y finalmente llegó hasta Jesús y alargando su mano, tocó su manto, y enseguida la fuente de su sangre se secó y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.

Nuestro Señor sabe recompensar una fe que no se detiene, que no claudica, que persevera hasta alcanzar el preciado bien, la gloriosa bendición.

Fe es la convicción de que Dios puede hacerlo y la Esperanza de que ÉL lo hará.

Si usted tiene la fe suficiente para creer que Dios puede ayudarle y la seguridad de que ÉL lo hará.

En el reino espiritual de Dios, hay dos normas establecidas por el mismo Señor Jesucristo: (1) "... Conforme a vuestra fe os sea hecho" (Mateo 9:29) y (2) "... al que cree todo le es posible" (Marcos 9:23).

Si usted pone en acción su fe, así como aquella mujer, no puede haber otro resultado que el que ella obtuvo.

El Señor hoy le pide que reactive su fe.

Cuanto más sean sus aflicciones, más genuinas serán sus oraciones. Cuanto más obscura sea su noche, más pronto amanecerá. Y entonces, buscará al Señor y le hallará porque le buscará con todo su corazón. "Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón" (Jeremías 29:13).

Dios encamine su fe a venir a Jesús el Único que sana y salva.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar