LA ORACION SEGUN EL PROFETA DANIEL

"UN CURSO DE ORACIÓN SEGÚN EL PROFETA DANIEL"

(DANIEL 6:10)

(POR PASTOR EMILIO BANDT FAVELA)

DEBEMOS ORAR SIN CESAR.

• ¿Qué más se puede decir acerca de la oración? La Biblia está llena de ejemplos del poder de la oración: Moisés clama a Dios y el mar Rojo es dividido; Josué ora y el sol se detuvo; Ana ora, y nace Samuel; Asa ora y gana una victoria; Daniel ora, y le son reveladas las setenta semanas; Ester ayuna y ora, y Amán muere en la horca que él mismo había mandado levantar para su tío Mardoqueo; Nehemías ora, y el corazón del rey se ablanda en un minuto; Elías ora, y la lluvia desciende a la tierra; Eliseo ora, y el Jordán es dividido; Eliseo ora, y un niño resucita; la iglesia ora ardientemente, y Pedro es libertado por un ángel; Pablo y Silas oran y cantan, y las puertas de la prisión les son abiertas y hasta se produce un terremoto.
• La Palabra de Dios se afana en asegurarnos que hay bendición en la oración.
• En nuestro pasaje encontramos a Daniel orando. Sus adversarios habían logrado que el rey Darío firmara un decreto donde se ordenaba que en un periodo de treinta días nadie podía hacer ninguna petición a dios u hombre fuera del rey. Quien lo hiciera, sería echado al foso de los leones.
• Sin embargo, Daniel no estaba dispuesto a abandonar su comunión con Dios por la orden de un hombre, aunque fuera el rey.
• Meditemos juntos en este precioso texto bíblico y tengamos un curso de oración según el profeta Daniel.

1º DANIEL ORÓ EN MEDIO DE LA ADVERSIDAD.

• Dice nuestro versículo bíblico: "Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado...".
• El edicto firmado por el rey le era adverso. Constituía una dificultad para él.
• Entonces él resolvió enfrentar la adversidad con la oración.
• Y es que cuando uno ora encuentra paz, tranquilidad, seguridad, quietud.
• Tiene mucha razón el himnólogo C. Austin Miles quien en 1912 escribió el himno titulado "A Solas Al Huerto Yo Voy" en cuya primera estrofa dice: "A solas al huerto yo voy, cuando duerme aun la floresta; y en quietud y paz con Jesús estoy oyendo absorto allí su voz". Su tercera estrofa dice: "Con ÉL encantado yo estoy, aunque en torno llegue la noche; más me ordena ir, y a escuchar yo voy, su voz doquier la pena esté".
• Millones de personas, en medio de la adversidad, han venido a Dios en oración y han encontrado inmensa paz en su alma.
• Así como Daniel, no importa lo que suceda alrededor, vengamos a ese feliz encuentro con nuestro Maestro y descansemos en ÉL todas nuestras cargas.
• El Marqués de Renty, para quien Cristo era lo más precioso, en una ocasión en que se entregaba a sus devociones, indicó a su criado que lo llamara después de media hora. Este, al ir a cumplir con la orden que había recibido, vio tal expresión de santidad en el semblante del Marqués que no se atrevió a hablarle. Sus labios se movían pero no se oía ningún ruido. Esperó hora y media, y cuando lo llamó, el Marqués dijo que el tiempo que había pasado en comunión con Cristo, le había parecido muy corto.
• Así debe ser para nosotros la oración, un tiempo de solaz que nos parezca corto.

2º DANIEL ORÓ EN SU CASA.

• Dice nuestro pasaje: "... entró en su casa...".
• ¿Por qué en su casa? Porque en Babilonia donde estaba no había templo, así que el único lugar para orar era su casa.
• Como Daniel era un hombre de oración, en su casa tenía un lugar especialmente dedicado para la oración. Así lo podemos deducir cuando vemos que la Biblia de las Américas dice: "aposento alto". La Biblia de Jerusalén dice: "cuarto superior" y la Biblia Latinoamericana dice: "segundo piso". Esto da a entender que había un cuarto especial, exclusivo para la oración en la parte alta de su casa.
• Esto concuerda con la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo en el sentido que lo primero que debe tener un discípulo de oración es su cámara secreta de oración. Recordemos su hermosa enseñanza: "Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público" (Mateo 6:6).
• Usted también, en esta hora de prueba tenga en su casa un lugar propio de oración y allí descargue todas sus penas y problemas y Dios escuchará y ÉL hará.

3º DANIEL ORÓ CON LAS VENTANAS ABIERTAS.

• Continúa nuestro versículo: "... y abiertas las ventanas de su cámara...".
• Es decir, sin miedo, valientemente, decidido, como dando un valeroso testimonio a sus enemigos que no temía el decreto ni la ira del rey.
• Así oraba Daniel. Todo parece indicar que sus enemigos estaban al acecho para sorprender a Daniel haciendo su oración y no tardaron en acusarlo delante del rey Darío.La versión Nácar Colunga dice que "se apresuraron a venir". La Biblia de Jerusalén dice: "vinieron atropelladamente". La versión Biblia Latinoamericana dice que "entraron en tropel" y corrieron a donde estaba el rey para contárselo.
• Daniel no tuvo temor. Sabía que el Señor podía librarlo de la boca de los leones.
• Daniel no confió en el poder de un rey terrenal, al fin de cuentas, Darío no pudo librarlo. Daniel confió en el Dios Todopoderoso quien sí pudo librarlo.
• Esto de orar con las ventanas abiertas me recuerda la oración de una madre por su hijo que andaba descarriado. Cuando él llegaba a casa a altas horas de la noche, su mamá estaba en su cuarto orando con la puerta abierta. Él se acercaba y oía lo que su madre imploraba a Dios. La oración de aquella madre pudo más que los regaños y los consejos. Aquel muchacho enmendó su camino y sirvió al Señor.

4º DANIEL ORÓ HACIA JERUSALÉN.

• Dice el texto: "... que daban hacia Jerusalén...".
• Esto lo hacía todo israelita que estuviera lejos de Jerusalén pues así lo había ordenado el rey Salomón cuando construyó el templo: "y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti con el rostro hacia su tierra que tú diste a sus padres, y hacia la ciudad que tú elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre, tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, su oración y su súplica, y les harás justicia" (1 Reyes 8:48-49). Aunque Salomón sabía que Dios está en todas partes, sin embargo, para estimular la fe del pueblo les pidió que oraran hacia el lugar donde Jehová había dado a conocer su Presencia.
• Nosotros ahora, no tenemos que orar hacia Jerusalén, pero sí hacia nuestro Dios y con una fe viva; sabiendo que nuestro Señor escucha y contesta la oración.

5º DANIEL ORÓ PUESTO DE RODILLAS.

• Prosigue nuestro versículo: "... se arrodillaba...".
• Puesto de rodillas. Pues así se consideraba la forma más reverente de oración.
• Así oró el rey Salomón cuando dedicó el templo de Jerusalén: "Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo" (1 Reyes 8:54). Pero el más hermoso ejemplo es el de nuestro Señor Jesucristo pues así oraba: "Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró" (Lucas 22:41).
• Sin embargo, no podemos exigir a todo creyente que se arrodille, porque quizá para muchos es prácticamente imposible hacerlo; pero si podemos hacerlo, pongámonos sobre nuestras rodillas cada vez que entablemos esa maravillosa conversación con el Ser Supremo, el Altísimo.

6º DANIEL ORÓ TRES VECES AL DÍA.

• Tres veces al día. Es decir, temprano a la hora del sacrificio matutino; luego entre las doce y las tres de la tarde; y finalmente a la hora del sacrificio vespertino más o menos a las seis de la tarde. Así oraba el salmista: "Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz" (Salmo 55:17).

7º DANIEL ORÓ DANDO GRACIAS.

• "... daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes".
• Aún en el contexto de grave peligro personal Daniel no hizo petición sino hizo acción de gracias.
• Amados hermanos, no olvidemos que la clave para la victoria sobre cualquier mala situación o dificultad es la oración. ¿Usaremos esta poderosa arma el día de hoy?
• ¡Que el Señor encamine nuestro corazón a ser hombres y mujeres de oración!

Después de todo, no hay otra forma de obtener bendición. ¡Así sea! ¡Amén!