DIOS ES NUESTRO AMPARO Y FORTALEZA

25.10.2022

"DIOS ES NUESTRO AMPARO Y FORTALEZA"

(SALMO 46:1)

(POR PASTOR EMILIO BANDT FAVELA)

EL SEÑOR ESTÁ CON NOSOTROS.

Este es el nombre hebreo de este salmo: "El Señor está con nosotros". Es un salmo que nos invita a confiar en Dios. Nos llama a ver al Señor como una Segura fortaleza, mientras todo lo demás es inseguro.

Es un salmo que nos lleva a triunfar en todas las calamidades sencillamente porque contamos con la Presencia de Dios entre nosotros.

Este salmo presenta los mayores peligros que un ser humano puede hallar, pues no solo habla de desastres naturales como terremotos e inundaciones, sino también de guerras y persecuciones; pero a la vez, proporciona al hijo de Dios una fuerte seguridad de que el Dios Todopoderoso está a su favor.

Bien haremos al aplicar las palabras de este salmo, especialmente el versículo uno, a cada una de nuestras tribulaciones. Se dice que Martín Lutero, cada vez que alguien le contaba alguna mala noticia o le compartía alguna situación difícil, él le decía: "Vamos a cantar el salmo 46".

Así nosotros, hemos de acudir a esta bella porción de la Palabra de Dios para fortalecernos en el Dios Todo suficiente, para así gozar de nuestro privilegio que como cristianos tenemos: Estar libres de temor. Lo cual a la postre refleja una conciencia limpia, un corazón honesto, pero también una fe viva en Dios, en su providencia y en sus promesas.

Veamos qué nos enseña este primer versículo del salmo 46.

1º NOS ENSEÑA QUE DIOS ES NUESTRO AMPARO. (46:1a).

Casi todas las versiones traducen "Refugio". Denota un lugar de confianza.

Es importante notar que Dios no se compromete a evitar que entremos en aflicciones, pero sí se compromete a protegernos en medio de ellas.

Dios es nuestro seguro refugio. Las Sagradas Escrituras se esfuerzan en marcar firmemente esta enseñanza y verdad. A manera de ejemplo cito otro salmo: "En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio. Esperad en ÉL en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de ÉL vuestro corazón; Dios es nuestro refugio" (Salmo 62:7-8).

El profeta Isaías en un precioso versículo nos ilustra con dos palabras cómo el Señor es nuestro amparo o refugio: "Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor; Porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra el muro" (Isaías 25:4).

La primer palabra es turbión que literalmente significa tormenta, tempestad. Pero también se le ha dado la aplicación cuando muchas cosas vienen juntas y de golpe, como cuando vienen muchas calamidades juntas, una tras otra y parece que no terminan nunca.

Pues Dios es nuestro amparo contra todas las tribulaciones, no importa su cantidad, ni su tamaño, ni su fuerza, Dios nos ofrece un fuerte refugio.

Precisamente en esta parte del salmo 46, se inspiró Martín Lutero para componer su precioso himno, quizá el himno evangélico más conocido en todo el mundo, "Castillo Fuerte Es Nuestro Dios" en 1529, cuando atravesaba por un tiempo de grandes dificultades.

La otra palabra que nos da Isaías 25:4 es calor. Dios es nuestro refugio contra el calor. Y aquí se refiere expresamente al viento solano. Este era un viento que recorría todo el desierto y se convertía en una brisa ardiente, capaz de matar personas y animales a su paso. Dice la Biblia que este viento aún podía partir las embarcaciones: "Con viento solano quiebras tú las naves de Tarsis" (Salmo 48:7).

Pero nuestro Dios es firme refugio tanto contra el turbión como contra el más feroz calor: "Y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero" (Isaías 4:6). Otro pasaje dice: "Jehová será refugio del pobre, Refugio para el tiempo de angustia" (Salmo 9:9).

¿Puede usted ver a Dios como su amparo y seguro refugio?

2º NOS ENSEÑA QUE DIOS ES NUESTRA FORTALEZA. (46:1b).

Es decir, que nos hace fuertes. Dios se compromete que cuando vengan las vicisitudes de la vida, a sostenernos en medio de ellas.

Y es que sólo Dios puede hacerlo.

El salmista llama al Señor su fortaleza: "Te amo, oh Jehová, fortaleza mía" (Salmo 18:1). Pero en el siguiente versículo el rey David quien escribió este salmo menciona siete títulos para el Señor, todos los cuales son sinónimos de fortaleza: "Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en ÉL confiaré; Mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio" (Salmo 18:2).

En ese problema que tiene hoy, ¿Puede confiar en Dios como su fortaleza?

El Señor le ofrece fortalecerlo en la misma medida que el poder de su fuerza. Por eso el apóstol Pablo conminaba a los efesios y les decía: "Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza" (Efesios 6:10).

Cuando cada uno de nosotros sea investido de la fortaleza del Señor, nada podrá detenernos, nada podrá intimidarnos, nada nos será imposible. El apóstol Pablo decía de sí mismo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).

¡Ojalá que usted pueda hacer suyas esta realidad: Dios es nuestro amparo, sí, pero también nuestra fortaleza!

3º NOS ENSEÑA QUE DIOS ES NUESTRO PRONTO AUXILIO. (46:1c).

Es interesante que al revisar algunas versiones sobre este texto, algunas especifican que Dios es un auxilio pronto, presto, oportuno.

Así lo presenta La Biblia de las Américas, en cuya nota al margen se lee: "Nuestro muy oportuno socorro".

Según algunos comentaristas, este salmo se escribió inmediatamente después de la gran liberación que Dios le dio a Jerusalén de las manos de Senaquerib, rey de Asiria. Episodio que se narra en los capítulos dieciocho y diecinueve del segundo libro de Reyes. El pasaje que describe la liberación hecha por Jehová dice así: "Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos" (2 Reyes 19:35). Joel C. Gregory dice que el salmista pudo ver a Dios liberar a Jerusalén de una crisis devastadora. La ayuda de Dios llegó en el último momento posible. Pero justo en el momento oportuno.

Pero algo más interesante es descubrir que esa frase: "nuestro pronto auxilio en las tribulaciones" también quiere decir que Dios es un auxilio comprobado.

Permítanme compartirles lo que dice La Nueva Versión Internacional: "... nuestra ayuda Segura en momentos de angustia". Y la versión Moderna de Pratts dice: "... socorro muy bien experimentado en las angustias". Matthew Henry dice que literalmente el pasaje dice así: "Un auxilio siempre presto, hallado y bien probado" así, de la misma forma que se dice de Cristo que es la piedra probada: "Por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure" (Isaías 26:18).

¡Ojalá en cada tribulación, angustia, peligro, calamidad o dificultad, usted acuda a esta Santa Escritura y se goce en el Señor como su amparo, su fortaleza y su pronto auxilio en las tribulaciones! ¡Así sea! ¡Amén!

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar