ACTIVAR  LA FE

ACTIVAR LA FE

Por Pastor Juan Carlos Santucci

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Los atributos de la personalidad son inteligencia, emociones y voluntad. Así somos definidos como persona, y en relación a lo espiritual debemos aplicar todo nuestro ser. Por eso el gran mandamiento de la Ley es: Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. (Deuteronomio 6:5)

Esto implica emociones (corazón) inteligencia (alma) y voluntad (fuerzas). Si embargo no solo puso las emociones en nuestro ser, sino que además requiere que seamos emocionales al expresar que debemos amarlo con todo nuestro corazón.

De la misma manera debemos emocionarnos en cuanto a ejercer fe se requiere. Si emocionarnos, en la espera de que nuestra petición se concrete, esperar en Dios con el corazón ardiente como un niño espera el regalo prometido para un determinado día.

La Biblia declara: Es pues, la fe, la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1). Esto esta relacionado estrechamente con ese ejercicio emocional de esperar algo, creando esa santa expectativa, y con una mente activa que se convence de lo que no ve.

¿Cómo puedo convencerme de lo que no se ve? Imaginándome, soñando, visualizando hecho lo que aún no existe. Por eso Dios hizo que Abraham se imagine cada estrella del cielo como un descendiente suyo, y el pudo soñar que cada estrella le decía padre Abraham. (Génesis 22:17 y 26:4)

Por eso Jacob se imaginaba manchas frente a las ovejas que estaban pariendo, y las que eran descendientes de animales totalmente blancos, tenían crías, oscuras, con manchas y salpicones. (Génesis 30:31-43).

Renuévate en la fe, no desentierres la semilla antes de que esta se convierta en árbol. La fe tiene crecimiento constante, como lo expreso nuestro Señor en la parábola de la semilla de mostaza.

Recuerda fuerza! Dios quiere que emplees toda tu fuerza no sólo para amarlo, sino para esperar confiadamente en él. Debes esforzarte y ese esfuerzo debe estar en la actitud de tu mente, corazón y voluntad.

Es pues, la fe, la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

Aplica esta gran enseñanza sobre la definición de fe que expresa La Biblia. Ten peticiones claras frente al Señor, cosas bien concretas, bien definidas, que puedas imaginar en tu mente de manera tan real como si fueran ciertas. Pablo decía, por fe andamos, por fe andamos, no por vista. Tu dices que eres creyente, entonces anda por fe, si anda por fe, soñando, imaginando, creyendo a la Palabra de Dios sin discusiones, espera en Dios convenciéndote de lo que no se ve (Hebreos 11.1), teniendo activas tus peticiones frente al Señor, y poniendo ese esfuerzo de tu parte. La fe de la semilla de mostaza es una fe que crece, una fe decida, con la gran expectativa de esperar en Dios que le da crecimiento y llega convertirse en un árbol, de manera que las aves vienen y anidan en él.

En tu interior debe estar ardiendo el fuego de esa fe, tomando posesión absoluta de tu alma, tu alma es tu personalidad, tu inteligencia, emociones y voluntad.

¿Está ardiente tu mente esperando la respuesta a tu petición imaginando, soñando, viendo nítidamente eso que pedís antes que sea realidad? ¿Están ardientes tus emociones, esperando la respuesta de Dios, como el día de la gran victoria? ¿Estas ejerciendo tu voluntad, no como un perezoso, sino como alguien que pone su esfuerzo decididamente para activar su mente y emociones, que se esfuerza para orar, interceder, ayunar y vigilar.

Tú eres una persona de Fe. Tú tienes Fe, La Biblia dice que a cada uno se le ha dado una medida de Fe. (Romanos 12:3). La es Fe es algo que tu posees. Es una sustancia maravillosa que imprime tu espíritu a tu alma, que dice que tú eres de Dios.

Tú eres de Dios, y debes tener la mente de Dios. Dios no tiene límites, para Dios no hay imposibles.

La Biblia enseña que tenemos la mente de Cristo (1ª de Corintios 2:16), la mente de Cristo es una mente de Fe viva, absoluta, decidida, con pensamientos firmes, sin dubitaciones, en sus razonamientos no hay derrotas ni desánimos. Tu eres esa persona que dice La Biblia , adopta la mente de Cristo, usa tu inteligencia para pensar como El, se totalmente positivo como Cristo lo demostró.

Se alzó una tormenta y el se puso de pie, su mente pensó que era posible, reprendió a los vientos y la tormenta ceso y se hizo gran bonanza. Estaba con miles de personas sólo había cinco panes y tres peces, la mente de Cristo dijo alcanza para dar de comer a esta gran multitud, bendijo con esa actitud de certeza, firmeza y convicción esos alimentos y al ser repartidos fueron multiplicados. Frente a la tumba de su amigo Lázaro, la mente de Cristo razonó es posible que este cuerpo en descomposició n vuelva a la vida. Y grito Lázaro ven fuera y no solo el alma de su amigo volvió a su cuerpo, sino toma su humanidad fue regenerada. Y salió de la cueva usada como sepultura, de tal manera venía gente de lugares distantes para verlo con vida.

Adopta la mente de Cristo, tú lo puedes hacer. Dice La Biblia en Efesios 4:23 "y renovaos en el espíritu de vuestra mente," está expresado de manera retórica, ¡tienes que renovar tu mente, tienes que renovar tus pensamientos, debes pensar con mente de un redimido, si con la mente de ese que fue liberado, que no tiene presiones, ni incertidumbre, y que tiene saturados sus razonamientos con la palabra viva de Dios. La palabra de Dios es una palabra de Fe, una palabra de vida, una palabra de conquistas, una palabra de victoria.

Tú tienes la mente la Cristo , adóptala como forma de vida, renueva tu mente con razonamientos de fe, de vida, de victoria. ¡Tú lo puedes hacer! ¡No bajes los brazos, levántate en Fe!

Comienza hoy a tomar esa actitud positiva de Fe, y veras maravillas a tu alrededor, observarás el efecto poderoso de la Palabra viva de Dios transformado aún lo imposible. Al hablar tu la Palabra de Dios sucederán cosas, porque has adoptado la mente de Cristo, y tus palabras irán acompañadas no sólo con la mentalidad positiva del Dios Vivo, sino además impregnadas de la unción del Espíritu Santo, quién desde el principio obro poderosamente todo lo que la Palabra de Dios habló.